Si hace poco que empezaste a pinchar, a lo mejor puedes tener la impresión de que la industria del DJ siempre ha sido así de potente. Con mogollón de marcas fabricando unos productos que año tras año se superan en calidad, con unas posibilidades casi infinitas para escoger equipos según tus necesidades o presupuesto y en definitiva con un montón de opciones que no han hecho otra cosa sino allanar el camino a muchos jóvenes que están empezando y cada vez más a gente adulta que ha retomado su afición por las mezclas.
Déjame decirte que esto no siempre ha sido así, yo personalmente llevo desde el año 1997 trasteando por todas las cabinas que he podido y me han dejado en mi isla (Gran Canaria, Islas Canarias). Y el nivel de calidad tanto de los DJ como de los equipos que utilizan jamás ha sido tan elevado como el que disfrutamos hoy en día.
Jamás pensé que el DJ tuviera la transcendencia social y mediática que tiene en la actualidad, ya no somos los bichos raros que estamos en una esquina de la discoteca a oscuras embobados con una caja de agua llena de vinilos polvorientos o una maleta de CDs que hace tiempo que dejó de ser maleta.
Ahora, abrimos y cerramos festivales, protagonizamos grandes campañas de marketing con todo tipo de empresas y gozamos en mayor o menor medida del respeto de un público que sabe que somos una de las razones principales por las cuales ellos se lo pasan genial cuando salen de fiesta.
En teoría, cada vez es más fácil pinchar
Al Djing le ha pasado lo mismo que a la fotografía, la inicial barrera tecnológica que existía en estas dos profesiones se ha ido poco a poco diluyendo. Los fabricantes se han dado cuenta de que todo el mundo no quiere ser un super fotógrafo o un super DJ y muy inteligentemente han dividido sus productos por tramos de precios y especialmente por niveles de complejidad.
Hoy en día no tienes que comprarte un plato Technics o un CDJ de Pioneer para ser DJ, con un controlador de 100 € o menos puedes empezar a pinchar y decidir durante el proceso si esto te gusta de verdad o simplemente es un hobby pasajero.
Lo mismo le ha pasado a la fotografía y déjame que insista en este bello arte porque aunque no lo creas tienen muchas cosas en común con el DJ (pronto escribiré un post explicando las similitudes entre dos profesiones aparentemente distintas). Hace algunos años, sólo los más pudientes podían permitirse una buena cámara, ahora las hay de todo tipo y precio, y están diseñadas tanto para usuarios profesionales como amateurs.
Sino me crees, sólo tienes que echar un vistazo a las fiestas que se organizan de un tiempo para acá. Las peleas entre DJ y fotógrafos para ver quien cubre el evento son norma habitual, no verás a camareros, personal de seguridad y demás profesionales criticando o directamente trabajando sin cobrar para pinchar o tirar un par de fotos.
¿Hasta cuando va a durar este boom?
Esta pregunta es imposible de contestar, pero tal y como va el rumbo de esta bestia llamada industria del DJ, es de esperar que más pronto que tarde las cosas vuelvan a la normalidad. Ni yo ni nadie en el sector quiere que esto ocurra, pero si repasamos un poco la historia, lo mismo le pasó al Rock y a los fabricantes de guitarras eléctricas en los 80s y al final el mercado se desinfló y prácticamente quedaron los que realmente amaban al género o al instrumento.
Este ritmo de crecimiento es imposible mantenerlo eternamente, la profesión de DJ está de moda y lo sabemos, pero como cualquier moda es pasajera. Y después de que pase la sustituirá otro estilo musical o una forma distinta de llevar la ropa o cualquier otra tendencia que como es habitual ni siquiera los coolhunters serán capaz de ver venir.
¿Quién perderá cuando nuestra época dorada termine?
Para empezar el DJ, eso está claro, pero quizás pierda por un lado y gane por otro. Porque cuando la moda finalice, como ya expliqué con el Rock en los 80s, empezarán a aparecer los huecos, sí esos que están ocupados por deejays que sólo quieren presumir de que pinchan en tal o cual sitio. Habrá una especie de purga, después de la cual sólo quedarán DJs que de verdad amen su trabajo. Las cabinas poco a poco quedarán vacías y empezarán a ocuparlas los DJ de toda la vida, que por fin van a cobrar un sueldo justo por su trabajo, ya que al disminuir la oferta los empresarios tendrán menos donde elegir y se verán obligados a pagar (ahora hay una mayoría que no pagan o lo hacen por debajo de lo que deberían).
Los DJ lo pasaremos mal, pero ni punto de comparación con los fabricantes de equipamiento, los distribuidores, las tiendas y toda la industria auxiliar de un sector que mueve miles de millones al año en todo el mundo. Ellos se verán obligados a despedir trabajadores, a contener los gastos, a crear menos productos y en definitiva a adaptarse a los nuevos tiempos.
Tú como comprador podrías pensar, bueno pues que se jodan bastante dinero han ganado yo, pero déjame decirte amigo que probablemente muchas de tus marca favoritas dejarán de existir, directamente desaparecerán y probablemente no podrás disfrutar jamás de sus creaciones. Las innovaciones en la tecnología para DJ descenderán dramáticamente y con ello las posibilidades y las formas de pinchar que existen en la actualidad.
En fin, esto es una cadena, si hay menos DJ se compra menos productos. Esto conlleva que las empresas más débiles desaparezcan y las más potentes reorganicen sus catálogos concentrándose en los más rentables y desechando los que más caros resulte producir o los que menos se vendan.
A su vez habrá menos tiendas donde comprar, menos distribuidores y todo ello llevará a que se creen los temidos monopolios y al final tengas que comprar Coca Cola o Pepsi, porque habrá como mucho dos o tres opciones realmente decentes donde elegir.
Conclusión
Aprovecha al máximo este boom, como dicen los libros de autoayuda: vive el momento. Intenta pinchar en todo los sitios que puedas (pero no a cualquier precio), toquetea todos los productos para DJ que veas, cómprate si puedes algún caprichito. Y en definitiva disfruta de un momento histórico, posiblemente los próximos 10 años no serán tan buenos como estos 10 últimos, es una cuestión de tamaño, nada crece indefinidamente.
Pasará como con la crisis en Europa, tendremos que estallarnos contra un muro para darnos cuenta del momento dulce que vivíamos. Pero tranquilo, después de una bajada hay siempre una subida, no sé si tardaremos 30 años en verla como hasta ahora o tardará menos, lo único que espero es que a ti y a mí nos siga gustando tanto esta profesión para aguantar las subidas y bajadas que conlleva y especialmente estar en este mundo para poder verlas.
¿Y tú qué opinas de todo eso?. ¿Cúanto tiempo nos queda para bajarnos de la cresta de la ola?. ¿Qué ocurrirá cuando lleguen los buenos tiempos?. Haznos saber tu opinión y exprésate libremente a través de los comentarios, nos encantaría ver otros puntos de vista sobre este asunto.