Después de haber asistido a miles de fiestas (disculpa por la chulería pero a veces hay que hacerse un poco de autobombo jeje), siempre en todas y cada una de ellas me he preguntado lo mismo. ¿Cuál es el secreto de una buena fiesta?. Sinceramente no lo sé y dudo mucho que jamás consigamos descifrar el misterio pero si podemos teorizar un poco el asunto y darle un cariz un poco más científico.
Hay van las 10 leyes sagradas que se cumplen en la mayoría de las fiestas:
1. La fiesta no tiene leyes: Tranquilo no te quiero tomar el pelo, pero esta es sin duda la primera regla, la fiesta es un organismo vivo y como tal no se puede controlar ni predecir. Por eso si piensas que este post va a tener la respuesta a todas tus preguntas, lo mejor es que dejes de leer a partir de este momento.
Lo siento no hay teorías irrefutables acerca de cómo organizar o disfrutar de una buena fiesta y es bueno que que sepas antes de seguir leyendo.
2. La música no debe parar nunca, prohibido los silencios: Una fiesta sin música no es fiesta y punto. Olvídate de si la gente tiene ganas de marcha o no, si hay mucha o poca bebida/drogas, si el sitio es perfecto o una chapuza. Lo único que necesita la fiesta es música, ese es su alimento.
Así que haz todo lo que puedas para que la música no pare, intenta siempre tener un plan B por si la fuente principal de sonido falla. Yo personalmente siempre tengo mi iPad preparado, afortunadamente nunca lo he tenido que utilizar pero sí todo falla conecto el RCA a cualquier mixer o altavoz y que siga la fiesta.
3. Lo importante son las personas, todo lo demás es prescindible: Esta ley va muy relacionada con la anterior, olvídate de grandes mansiones con piscina o beach clubs de ensueño en las mejores playas. Lo que realmente importa es la actitud del público que vaya a la fiesta.
He pinchado en sitios que no bailaba ni el tato, he puesto todos los estilos que he podido, he animado al público y en definitiva he hecho todo lo que estaba de mi mano como DJ para que la gente bailase. Pero hay ocasiones en que esto no ocurre y ya está, no te castigues por eso, al final las fiestas la conforman un grupo de personas que transmiten sus estados de ánimo unas a otras. Y no siempre una fiesta es de verdad una fiesta para los asistentes.
4. Entre más tarde termina la fiesta más posibilidades hay que le ocurra algo al DJ: El horario de una fiesta determina en parte la actitud que demostrarán sus asistentes en ella. No cabe duda que las mejores fiestas o al menos las más concurridas se celebran de noche, pero para muchos locales y promotores las fiestas diurnas son más rentables en términos de seguridad. La gente consume menos alcohol durante el día y eso provoca que la actitud sea más relajada y que las peleas y broncas sean menores.
Últimamente hay una nueva forma de organizar fiestas, se trata de hacerlas en horario diurno pero aumentando el número de horas, es decir de 14:00 a 23:00 horas por ejemplo en vez de 12 a altas horas de la madrugada.
A ti como DJ, sólo te interesa saber que entre más tarde termine la fiesta mayores probabilidades hay de que te metas en un problema. Pero esta ley como todas no siempre se cumple, así que ándate con ojo mientras pinches y no te relajes aunque luzca el sol.
5. El volumen de la música influye mucho a la hora de bailar: Hay promotores que tienen problemas con el ruido que generan sus locales o eventos y piensan que bajar el volumen de la música es la solución a todos su males.
Pero está científicamente comprobado que el impulso a bailar lo genera un volumen determinado y un BPM concreto. Es decir, a menor volumen, menos ganas de bailer tiene tu público. Da igual lo que pinches y cómo lo pinches, si no hay volumen las posibilidades de que la fiesta sea un éxito disminuyen dramáticamente.
Tampoco pienses que a más volumen más baila la gente, esa relación no existe, es más si el volumen es anormalmente alto. A muchas personas le costará ir a la pista de baile si creen que sus oídos no resistirán el ruido que escupen los altavoces.
6. Generalmente primero bailan las mujeres y luego los hombres: Un truco muy extendido entre los DJs es enfocar la música del comienzo de la fiesta a las mujeres, estas son menos tímidas que los hombres al principio y no necesitan alcohol ni otras sustancias para empezar a mover el cuerpo.
Realmente es una cuestión cultural, al menos en el mundo occidental, un hombre que baila mucho o lo hace antes que lo hagan sus congéneres es clasificado muchas veces por otros hombres como un homosexual.
El hombre o baila con una mujer o baila en grupo, es muy difícil que un varón baile sólo a no ser que sea mayor y haya perdido la vergüenza a hacerlo.
Por otro lado, que las mujeres bailen significa casi de forma automática que se llene la pista, porque generalmente empieza una y cuando te das cuenta ya tienes un grupo importante de mujeres bailando. Y donde hay un grupo de mujeres siempre existe detrás otro grupo de hombres intentando cortejarlas.
7. El nivel de alcohol o drogas no es directamente proporcional al éxito del evento: La creencia de que a más alcohol o drogas mejor es la fiesta es totalmente falsa.
He pinchado en bodas de testigos de Jehóva, en fiestas de ex toxicómanos o ex alcohólicos e incluso con asociaciones de personas con problemas cognitivos y jamás han dejado de bailar.
De hecho si en la fiesta corre mucho alcohol o muchas drogas, las posibilidades de que todo termine mal son muy altas.
Está claro que este tipo de sustancias ayudan a desinhibirse, pero muchas personas han aprendido a vivir sin ellas y te aseguro que no las echan de menos cuando salen de marcha.
8. La edad, el sexo, la raza o las creencias religiosas o políticas no importan en la fiesta: La fiesta es libertad absoluta, no importa quien eres, de donde vengas o el dinero que puedas aparentar tener. Lo importante es el momento, estás compartiendo tu tiempo de ocio con amigos o auténticos desconocidos y por un instante las clases sociales desaparecen y todos somos iguales.
Por eso es importante que no albergues prejuicios cuando llegues a una fiesta, ni en un evento con muchas personas de etnia gitana tiene que estar todo el mundo bailando ni el cumpleaños de una monja o un sacerdote tiene que ser un aburrimiento.
Lo mejor es que abras tu mente y que te dejas llevar por los demás, el buen rollo y la armonía no entiende de razas, sexo, opiniones políticas o creencias religiosas.
9. Nadie es imprescindible en la fiesta: Una fiesta la puede montar una persona, no hacen falta ni camareros, ni seguridad, ni personal de limpieza, ni siquiera el DJ es imprescindible (con la irrupción de Spotify muchos locales prefieren pagar por una cuenta Premium antes de contratar a un DJ).
Lo único que hace falta es ganas de pasárselo bien, todo lo demás sobra. Las mejores fiestas en las que he estado se caracterizaban porque el número de personas era muy reducido pero las ganas de divertirse eran increíblemente altas.
10. El lugar, la hora y el momento son importantes: Cuando eres promotor sabes que gran parte del éxito de una fiesta pasa por hacerla en la fecha adecuada. Todos sabemos que la gente tiene ganas de juerga en Verano, en Navidad, en Semana Santa y en fechas destacadas como Carnavales y demás.
Pero el resto del año, una fiesta compite con las que tiene más cerca, por eso elegir la fecha en la que existe menor competencia es asegurarse buena parte del éxito organizativo del evento.
Lo mismo ocurre con la hora y el lugar, una fiesta en la piscina a plena tarde invita más a bailar que un asadero con los amigos en pleno invierno y a altas horas de la madrugada.
Una combinación de lugar, hora y momento puede ayudarte a que tu fiesta sea un éxito o un fracaso.